enero 28, 2007

LOVE NOT DEAD
Viernes 10 pm. Un barrio. una via. una calle cortada. dos calles cortadas. una plaza. una chica (yo). 3 chicos (no se quienes). una navaja invisible, o ausente, o implícita, o explícita. y una situacion.

Precio por cruzar la via sola: MP3 roto (no lo saben), 1 audífono sony x valor $ 90, efectivo, $ 75 aprox.
quedar entera: no tiene precio.
WLCME TO THE JUNGLE

enero 06, 2007


De a poco fui comprendiendo tu pequeña vida melancólica. Tu mayor distracción era la suavidad de las puestas de sol. De ello me enteré en la mañana del cuarto día cuando me dijiste:
-Me gustan las puestas de sol. ¿Vamos a ver una?
-Bueno, pero debemos esperar...
-¿Esperar qué?
-Tenemos que esperar a que el sol se ponga.
Pareciste sorprendido. Luego riéndote de ti mismo me dijiste:
-¡Creo siempre estar en casa!

Se sabe que cuando es mediodía en los Estados Unidos, el sol se pone en Francia. Sólo bastaría llegar a Francia en un minuto para ver la puesta del sol. Pero desafortunadamente, esto no es posible; Francia está suficientemente lejos. Claro que, a diferencia de esto, en tu pequeño planeta bastaba sólo con mover tu silla algunos pasos, contemplando así el crepúsculo cuantas veces quisieras.
-Un día, asistí a cuarenta y tres puestas de sol.
Poco después agregaste:
-¿Sabes?... Cuando se está verdaderamente triste, son agradables las puestas de sol...
-¿Estabas verdaderamente triste entonces, el día de las cuarenta y tres veces?
El principito no respondió.

enero 05, 2007

cambios


Decir que se cierra un ciclo, nunca fue tan literal.

enero 01, 2007

EL PRIMERO DE ENERO

El primero de enero, tararí,
será tan gris como un jueves cualquiera,
sin Drácula escalando el Pirulí,
ni marcianos cruzando la frontera.

Más de lo mismo bajo el cielo añil,
Cronos en su fugaz trono vacío,
la anoréxica luna giligil no exportará vacunas contra el frío.

Llenaré otro galpón municipal
y esperaré el diluvio universal
viendo crecer el bosque por la acera.

El primero de enero,
aunque siga muriéndome por ti,
me iré con la primera que me quiera.

(J. Sabina)