marzo 18, 2008

MY OWN PRIVATE IDAHO

“Estoy convencido de que las separaciones y/o divorcios, la violencia familiar, el exceso de canales de cable, la incomunicación, la falta de deseo, la abulia, la depresión, los suicidios, la neurosis, los ataques de panico, la obesidad, las contracturas, la inseguridad, el estrés, y el sedentarismo son responsabilidad de los arquitectos y empresarios de la construcción.” (Medianeras)


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Quizás esta verdad resulte más clara si transcribo una conversacion que tuve con un colega que se quejaba de que todos los días encontraba lo mismo en su bolsa del almuerzo.

_ Quién te prepara el almuerzo? -le pregunté
_ Yo -me respondió

(fragmento de "Todo lo que hacemos sin saber por que")
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Nada mejor que una adaptacion libre de Enrique IV; No conozco Idaho, pero cuando me quiero ir pienso en un desierto como este:



conclusion:
peor que querer irse. . . . . . . .


... . . . . . . . . . . .es no tener a donde ir!
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*Narcolepsia: f. Med. Estado patológico caracterizado por accesos irresistibles de sueño profundo.
**Abulia: La abulia es la alteración de la actividad voluntaria, donde aparece perturbado el deseo o la decisión de llevar a cabo una acción. Se caracteriza por la falta de actividad, de interés por las cosas y la ausencia de respuesta emocional.

marzo 10, 2008

“A momenti, come le onde disperate si infrangono sulle scogliere indifferenti, un desiderio tumultuoso di abbracciare qualcosa”
(Vincent Van Gogh)


* Nota: este post es totalmente arbitrario y no corresponde a ninguna variable. una foto que me gusta, y una frase q me gusta, de un pintor q me gusta. podria decir mas cosas de el, podria hablar de los cuadros. pero hace un tiempo ya adjunte uno, y esta bien.

marzo 03, 2008


Un hombre de negocios habitaba el cuarto planeta. Tan ocupado estaba que no levantó su mirada ni aún ante la llegada del principito.
-Buenos días-saludó éste- Su cigarrillo está apagado.

-Tres y dos son cinco. Cinco y siete, doce. Doce y tres, quince. Buenos días. Quince y siete, veintidós. Veintidós y seis, veintiocho. No tengo tiempo para volver a encenderlo. Veintiséis y cinco, treinta y uno. Uf! Da un total de quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.

-Quinientos millones de qué?
-Eh! Todavía permaneces allí? Quinientos un millones de... Ya no sé... Tengo tanto trabajo! Yo soy serio, no me divierto con tonterías. Dos y cinco, siete...
-Quinientos millones de qué?-inquirió nuevamente el principito, que jamás olvidaba una pregunta una vez formulada.
El señor de negocios levantó la cabeza:
-Hace cincuenta y cuatro años que vivo en este planeta, y sólo tres veces me han molestado. No tengo tiempo para moverme. Soy serio.
-Millones de qué?
Cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes. Pero yo soy serio! y no tengo tiempo para perder.
-Ah! Estrellas!
-Eso es. Estrellas.
-Pero puedes decirme que haces con quinientos millones de estrellas?
-Quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. Yo soy serio y preciso.
-Dime, qué haces con esas estrellas.
-Cómo qué hago? Nada, las poseo.
-Posees las estrellas?
-Efectivamente, gracias a ello soy rico.
-De qué sirve ser rico?
-Las administro. Las cuento y recuento-contestó el hombre de negocios. Es bastantes difícil, pero como dije, soy un hombre serio!
El principito aún no se daba por satisfecho.
-Escribo en un papelito la cantidad de estrellas que poseo, cierro el papelito y lo pongo bajo llave en un cajón.
-Eso es todo?
-Lo suficiente.
Es divertido y bastante poético, pero... no es serio-pensó el principito, que sobre cosas serias tenía un concepto bien distinto del de las personas grandes.
El hombre de negocios hizo el ademán de responder pero no encontró palabras para ello. El principito se fue. Decididamente las personas grandes -se decía para sí- son enteramente extraordinarias.


Detesto a los hombres "serios" pero ultimamente me siento cada vez mas como el Hombre de negocios del principito.